El sarcófago antropomorfo de San Martiño, situado en Abelendo en la parroquia de San Martiño de Moaña, es ejemplo de una de las modalidades de enterramiento más habituales durante la Edad Media, implantada con la llegada del cristianismo a Galicia entre los siglos III y IV a.C. En este momento se prohíbe incinerar a los muertos para dar paso a sepulturas en forma de cajas de piedra de una sola pieza por ser este el material más duro y seguro conocido, tapadas con una pesada laja plana. A diferencia de las grandes necrópolis excavadas en la roca, aquí tenemos un sarcófago exento, fabricado mediante el vaciado de un bloque de piedra siguiendo el contorno simplificado de un cuerpo humano. No presenta ornamentaciones ni inscripciones de ningún tipo ya que estaba destinado a ser enterrado.

En tiempos el ser humano aprovechaba los sarcófagos como recipientes para salar la carne de la matanza aunque en algunos casos, como vemos aquí, fueron reutilizados para construir un pilón de lavado.

En el año 2005, en el transcurso de unas obras para reafirmar el muro de piedra del antiguo cementerio de la iglesia de San Martiño, se descubrieron dos sarcófagos datados en los siglos XII-XIV junto a restos de época romana, lo que indicaría que estamos ante un yacimiento de posible origen alto-medieval, época poco documentada en la historia de Galicia.